Matrix IV – crítica personal

Esto no es un blog de cine, pero voy a intentar plasmar mi humilde crítica cinematográfica. Es un poco larga, lo siento.

Era imposible volver a hacer una Matrix al nivel de la primera, incluso cercana a las dos secuelas, tanto en las escenas de acción como en la historia. La trilogía estaba cerrada. Y la IV parte podría haber sido un desastre conceptual y estilístico, aunque creo que no lo ha sido. Es una película extraña pero valiente. Me parece que gustará mucho a un tipo de fan y decepcionará a otros. En cuaquier caso, es un regalo inesperado tras 18 años, pero se nota que no es algo que se estuviera “cocinando” durante ese tiempo. Tras haber recaudado más de 1.500 millones de euros, la Warner Bross parece que ofrecía a las directores rodar la continuación cada año, cosa a lo que se negaban. Hasta ahora, que la iban a hacer sin ellas.

Matrix supuso un antes y un después en la forma de rodar un tipo cine. Incluso algunas de sus reflexiones se incorporaron a la sociedad. Los espectadores también somos diferentes. El cine de acción es ya un absurdo de imagenes “apelotonadas” por ordenador, no hay posibilidad de un “más difícil todavía”. Desde mi punto de vista, el cine de acción es un aburrimiento digital, para ello es mejor jugar a un videojuego directamente. No era así en 1.999.

REFERENCIAS AUTOPARÓDICAS

Lo primero y más evidente es el estilo casi autoparódico. Es muy desconcertante. Creo que es lo que más molesta a todo el mundo, a los que esperaban una sorprendente película de peleitas y también a los fans que tienen sacralizado a Matrix (fíjate el que va a hablar). Me parece que esa profunda autocrítica al cine actual, pero también a la propia saga de Matrix, muy oportuna y arriesgada aunque “chirríe” a priori en una película como esta.

La inclusión en la trama de un videjuego llamado Matrix, que a mucha gente le ha resultado una parodia, a mi me parece muy oportuna. E incluso justificable argumentalmente como método para engañar al protagonista, ocultando la verdad delante de sus narices. Al tener la oportunidad de reflexionar sobre el propio Matrix sin tapujos se puede reflexionar sobre la trilogía y sobre lo imposible o artificial que resulta plantear una cuarta entrega. Escuchamos la mismas conversaciones que seguramente tuvieron los productores de Resurrections. A mi me parece fantástica la crítica, haciendo caer la cuarta pared. Un meta-Matrix extraño y valiente.

Hay otro gran momento autoparódico, que es la actuación del Merovingio, “ya no hay diálogos, literatura, filosofía….bip,bip,bip,...” y tacos en fracés, como en sus buenos tiempos. Solté una sincera carcajada cuando lo ví. Es fantástica la idea, porque encaja en la trama perfectamente: En este nuevo Matrix el Merovingio ha perdido su empleo, ya no hay profecía ni debe controlar al software que quiere ser libre porque ya lo han conseguido. Es un vagabundo resentido con Neo que nos recuerda los días de vino y rosas, de análisis filosóficos y perfección estética.

Pese a su apariencia, la crítica que hace el Merovingio encima es totalmente convincente. Es lo que nos está ocurriendo. Y nos enfadamos si nos lo dicen a la cara. Queremos ver algo muy espectacular a la vez que profundo, y que nos tenga entretenidos otras dos décadas.

Se trata sólo una película de ciencia ficción, un entretenimiento más o menos sesudo. No debemos tenerlo en un altar -como esta página-. Los tiempos han cambiado, todo es superficial y entretenido.

LA NOSTALGIA

También era un reto que la nostalgia no se comiera todo, aunque es inevitable que impregnara muchas cosas. Veo un poco exceso de uso de las imágenes de la trilogía inicial, en ocasiones muy efectistas pero que casi te expulsan de la historia. Como la escena del escenario del teatro para que Neo tome la pastillas y están proyectadas en las cortinas las escenas del “videojuego”. O cuando sale un personaje y a continuación su antigua versión, por ejemplo con el Agente Smith o Morfeo. Parece ser que hay 46 escenas retrospectivas, una barbaridad. Es casi una explicación reiterativa e infantiloide, no era necesaria. No obstante, apoyarse sin miedo en la trilogía inicial también es valiente. No tratar de ocultar de dónde se viene o ser tímido con las referencias, como ocurre en muchas secuelas.

LA NUEVA ESTÉTICA

Estéticamente Matrix IV es arriesgada. En el vestuario han huido de la estética de cuero negro, sustituyéndola por una colorida, acorde con la séptima versión dentro de Matrix que es más “happy”. Ha desaparecido el famoso “filtro Matrix” de color verde, lo cual es muy atrevido a nivel artístico, porque es como dejar de usar la marca de la casa sin necesidad. No obstante, argumentalmente era necesario ya que el nuevo Matrix es menos opresivo. Incluso el nuevo agente Smith vive contento en el nuevo Matrix.

Siguen las gafas como símbolo reconocible, y el uso del color en el vestuario se ha extendido, llegando a un paroxismo en el nuevo Morfeo. Casi me da un síncope cuando sale con el kimono rojo en la pelea del dojo con Neo… parecía salido de los Locomía. Agente de día, Locomía de noche.

Estos abdominales no los tiene el Flisbourne…

Digamos que el recurso argumental que el nuevo Matrix es más alegre le ha servido a la directora para sacar a todo el mundo del armario… Pero aunque me identifique mucho más con la estética anterior, el cambio me parece correcto y arriesgado, como Sergio Ramos.

LA CRITICA AL CINE ACTUAL

Hay una crítica interna feroz al cine actual, su trivialización y la obsesión por recaudar diner a base de secuelas innecesarias. ¿Es una crítica sincera o mera impostura aprovechada?. Suena a valiente por lo menos.

En los neones del techo del edificio en la escena de inicio pone “Sabor a mierda (en castellano)” y “Para los que les gusta comer mierda”, probablemente dedicado a los haters que sólo buscan en Matrix las escenas de acción.

Esta crítica tiene su cenit cuando la directora llaga a citar a la propia Warner Bross que iban a hacer Matrix IV con o sin los Wachowski y lo dejan clarito en la película para la posteridad. Que nadie olvide que esta película es obra de la Warner Bross. Hay que tener un par (…de ovarios?) bien puestos para hacer esta crítica clara y directa en la propia película.

Este libreto del videojuego de Matrix IV que sostiene Neo no es un libro de estilo o argumental, es un dossier económico: “Competitor analysis”; “Market an Audience Analysis”; “Swot Analysis”; “Advertising” …

LA CRÍTICA A LA SOCIEDAD ACTUAL

No sólo hay una crítica al propio cine de estos tiempos, llenos de secuelas o spinoff con gatitos -“The Gatrix”-. Esta crítica se extiende a la sociedad actual. Es más fácil en esta época tener a la gente controlada: psiquiatras que recetan muchas pastillas, videojuegos que han trivializado la realidad, adicción a los móviles y redes sociales… me falta una referencia a las fake news, por cierto. No hace falta poder salir a un mundo real duro y en guerra que para que el sistema de control de Matrix funcione para el 99% de la población.

El unico mundo que importa es la ficción dentro de nuestras cabezas, y lo que la valida y la hace real es la emoción.

El Arquitecto se ha convertido en un PsicoAnalista más cercano, que sólo busca controlar las “emociones” dentro de las cabezas para mantener viva la ficción. Todo se soluciona con pastillas azules. Soluciones fáciles sin coger papel y lápiz. “No quieren libertad o tener poder, necesitan el confort de la certeza.”

Esa reflexión es muy potente respecto a la sociedad actual idiotizada y manipulable.

Y amplía la crítica al propio estatus del poder, además de los mecanismos de control actuales: El analista le dice al final “¿Qué vais a hacer ahora con el mundo (perroflautas!), ahora que teneis el control de todo?“. Como dicen los políticos de todas las épocas. Y Trinity habla de la “facilidad para convencer que tiene el Analista” de que no somos capaces de ser libres y dirigir nuestro destino. Pintar el cielo puede estar bien, quizás empecemos por ahí.

“No quieren libertad o tener poder, necesitan el confort de la certeza.”

LA HISTORIA DE AMOR – TRINITY, LA NUEVA ELEGIDA

Toda la película es una historia de amor casi imposible, pero con final feliz. Esto, unido al empoderamiento de Trinity, ya de por si un personaje empoderado, ha sido otra de las grandes decepciones para el gran público.

A mi me ha gustado. La trilogía de Matrix ya era una historia de amor enterrada en peleas y diálogos trascendentes: Neo es resucitado por un beso de Trinity en la primera entrega, y se convierte en el elegido. Trinity pone en peligro su vida por rescatar a Neo de la estación de metro. Neo pone en peligro a toda la humanidad por salvar a Trinity en la segunda… El elegido sólo tiene claro que va a luchar por Trínity hasta el final. El amor es su única guía. El amor es su anomalía y lo que lo convierte en el Elegido. Y por el camino descubre que el software debe ser liberado de la opresión del hombre.

La imposible historia de amor debido a que Trinity tiene un mecanismo de control basado en responsabilidades familiares, me resulta interesante como reflexión.

“Añorando en silencio lo que no tienen, mientras les aterra perder lo que sí tienen.”

Para la trama, que Neo no pudiera incorporar su código sin la presencia no demasiado cercana de Trinity, de ahí la resurrección de ambos, es algo que a mi me parece suficientemente coherente. Aunque la resurrección por nanotecnología no me gusta mucho a nivel ciencia ficción, me suena a excusa baratilla para justificar la cuarta parte. La directora alega que se le murió su padre y que fue una forma terapéutica de asumirlo.

Que Trinity sea ahora la que se convierte en una anomalía, más allá de una reivindicación feminista -que también lo es- me resulta comprensible. Neo ha perdido casi toda su ilusión, salvo querer rescatar a Trinity y tener fe en que ella va a querer salir de Matrix. Y Trinity ya estaba cerca de tener cierto control de Matrix en su día. Su “salto de fe” desde el rascacielos parece motivo suficiente para “desencadenarse”. Además, su empoderamiento es secundario a nivel cinematográfico y sólo es importante a nivel argumental. El protagonista absoluto de casi toda la película es Neo, salvando la parte final.

LAS ESCENAS DE ACCIÓN

Como ya he comentado, era imposible sorprender en este aspecto con un cine actual saturado de increíbles efectos especiales generados por ordenador (CGI), que paradójicamente les hacen perder interés. En Matrix podríamos separar la acción en dos: por un lado las peleas y por otro las escenas de acción a lo grande.

A mi personalmente las coreografías de peleas de la trilogía, superada la sorpresa inicial, me parecen muy artificiales. Se ven más como un baile que como una auténtica pelea. Pero está claro que están muy trabajadas, tanto en su planificación como en el entrenamiento de los actores. Más de tres meses estuvieron entrenando a diario unos jóvenes actores con un entrenador personal de artes marciales. Eso se ha perdido en Matrix IV. Neo conserva su flow, pero está lentorro, la criatura. Y los demás se dan mamporros con una cámara vibrando digitalmente.

Por otra parte las grandes escenas de acción han perdido impacto. Ahí creo que ha sido relativamente intencionado. De ahí los neones con sabor a mierda en las escenas iniciales. No obstante vemos cosas interesantes que ni la valoramos ni nos asombran, saturados como estamos.

En su día también vimos a Neo con el Agente Smith en peleas muy reiterativas y poco convincentes. Incluso de baja resolución. Nunca lo terminé de comprar. Y salir volando después de una pelea es un poco ridículo a nivel argumental.

El nuevo modo “horda” es como un más difícil todavía, pero que no termina de funcionar. Según vi en un video de youtube, la escena del modo horda con la gente cayendo de los edificios recuerda demasiado a una escena “coches zombies” de esa gran película Fast and the Furius 8. Posiblemente sea una referencia creativa en plan coña.

LA VIRTUALIDAD DEL NUEVO zIOn

Faltan referencias a un aspecto muy importante para los fans, la virtualidad o no de zIOn, ahora llamada IO. Aunque hay pequeñas alusiones, como cuando Niobe le dice a Neo que “Es muy fácil olvidar el ruido constante que Matrix bombea en tu cabeza hasta que te desconectas. Hay algo más que hace el mismo tipo de ruido, hace que todo desaparezca justo como Matrix. La guerra.”. Cuando Neo es conducido a la cárcel y dice “Real. Esa palabra otra vez.“. O cuando el soldado rebelde le dice que “esto se parece cada vez más a Matrix, ya no liberamos a las mentes“.

Otra escena que puede interpretarse en este sentido es la reconstrucción de Neo y Trinity. El analista dice “En toda simulación donde se vinculaban, sólo diré que pasaban cosas malas“, mientras vemos una explosión cuando ambos se tocan en una piscina de babas. Es decir, está claro que las máquinas pueden simular perfectamente el entorno de Zion. Aunque eso no implica que Zion sea virtual, sólo que las máquinas son capaces de simularla, de la misma manera que yo no soy piloto de Fórmula 1 por mucho que juegue con la Playstation.

El mismo analista les dice al final: “Y eso se logra con ustedes de vuelta en sus cápsulas, inconscientes y solos, igual que los demás.” .¿los demás?. ¿No hay gente que vive en IO, fuera de las cápsulas?.

En cualquier caso, y pese a mi convencimiento, hay que reconocer que, por si solos, estos fragmentos de guión no justifican “per se” la virtualidad de IO. Yo esperaba más claridad respecto a esto, por ejemplo que Trinity fuera virtual. Esa era mi apuesta, pero creo que no he acertado. O hacer guiños más claros al IO virtual, como pasaba en Revolutions. Bueno, está claro que la Directora siempre ha querido una doble interpretación de este tema. Quizás sea lo mejor.

CONCLUSIONES

Se nota que la directora está haciendo un ejercicio contradictorio. La desagradable tarea de resucitar a un muerto por obligación, y el disfrute de volverlo a ver con vida. Considero que sigue haciendo una reflexión profunda de nuestra realidad y la forma en la que somos manipulados o nos llevan a la guerra. Veinte años más tarde, somos más borregos, menos combativos, estamos anestesiados con móviles y pastillas. No queremos salir de Matrix a un mundo más duro. Lo importante es mantener la ficción en nuestras mentes mediante la emoción. Deseando lo que no tenemos, pero temiendo perder lo que tenemos.

La carencia de Matrix IV es que uno se encuentra pensando en cómo esta experimentando la película, en lugar de experimentarla realmente.

En resumen, Matrix IV podría haber sido una mejor película, tanto a nivel artístico como argumental. Había material suficiente. Ha sido una película extraña, controvertida, pero ha sido valiente y digna. Yo he disfrutado, aunque no se la recomiendo más que a los muy fans. Mi fanatismo me impide verla como una mala película y me permite disfrutarla como un regalo con sus luces y sombras.

Solo por la escena tipo videoclip con la música de los Jefferson Airplane y la aparición del Merovingio, me doy por satisfecho. Así está el nivel, maribel.

A estas alturas quizás también hubiera disfrutado con Neo vestido de lagarterana, pero eso es otro asunto.

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