El filete de Cifra

Hay una escena muy relevante en Matrix I, que supone la traición de Cifra y que se representa por una cena de negocios con el Agente Smith. Por cierto, en Matrix Cifra se llama Mr. Reagan.

Cifra traiciona a Morfeo para que le puedan sacar los códigos de Zion a cambio de volver e conectase a Matrix desmemoriado, y siendo un famoso actor con mucha fama y dinero.

En la conversación reflexiona sobre el filete que se está comiendo. Sabe que es mentira, que Matrix está simulando en su cerebro la sensación de comerse un delicioso bistec. Pero le encanta la sensación.

Hay un artículo filosófico que los entonces Directores encargaron a un filósofo contemporáneo sobre este asunto. Mi reflexión es más superficial.

La percepción del filete es lo que realmente importa al cerebro de Cifra. Ese filete puede ser real o virtual, pero en cualquier caso no será falso porque provoca idéntico placer y sensaciones. Lo que vemos en una realidad simulada no es mentira, es otra forma de verdad si engaña correctamente a nuestros sentidos.

Pongamos un ejemplo en nuestro mundo: los chavales están visionando las partidas de videojuegos igual que los padres visionamos los partidos de fútbol. Ambos son verdaderos, unos basados en entornos físicos y otros virtuales. ¿Por qué 22 hombres corriendo en calzones en un televisor tienen más importancia que varios chavales moviendo sus pulgares delante de un videojuego, si todos están compitiendo al máximo nivel?. Quizás el Messi de los videojuegos sea mejor comparativamente hablando, porque hay muchos más jugadores de videojuegos que de fútbol. Lo importante es que haya reglas, decisiones y esté ocurriendo. El entorno donde se desarrollan no es importante.

La virtualidad de Zion provoca en muchos seguidores un rechazo frontal porque piensan que “todo es mentira”. Al ser Zion otro nivel de Matrix, es cierto que lo que ocurra en esa especie de “videojuego” que significaría Matrix no es trascendente. Nada de lo que suceda allí es importante. Pero esa falta de trascendencia será para el espectador, pero no para los que están conectados a ese mundo virtual. Y curiosamente la decisión de Cifra de seguir engañado en Matrix y disfrutando a tope quizás sea la más inteligente. Lo mejor es vivir el engaño que nos provoqué más placer convincente.

Quizás lo importante es entender que, aunque en un mundo virtual todo es a priori posible, por ejemplo que se pueda volar y no afecte la fuerza de gravedad o que las cucharas se puedan doblar con la mente, en Matrix y en el siguiente nivel de Zion hay REGLAS que deben cumplirse siempre. Y también hay un respeto reverencial sobre la DECISIÓN que toma cada ser humano dentro de los límites que imponen esas reglas. Eso es lo que dota de sentido a la vida en ese mundo virtual: se comporta igual que lo hace el mundo real y la vida que se desarrolla dentro tiene las mismas posibilidades y limitaciones. Es igual de trascendente.

La conversación del Merovingio respecto a la causalidad, que parece un poco pedante, es totalmente necesaria. Lo que justifica que los seres humanos puedan vivir en un mundo virtual satisfactorio es la relación causa-efecto. Siempre deben cumplirse las reglas, que cada causa lleve aparejado un efecto.

En Matrix no todo es posible, aunque podría serlo. La causalidad y el respeto a las decisiones humanas es lo que dota de sentido a un mundo totalmente virtual.

Matrix presenta a seres humanos que viven “en sus cápsulas, inconscientes y solos”. Si nuestra única forma de vida consistiese en estar conectados a un sistema que manipula nuestra percepción ¿dejaría de tener sentido nuestra vida?. ¿lo que viviéramos no sería real aunque fuese virtual?.

Para ir más allá, no se trata sólo del ser humano. ¿Qué ocurre con otros seres inteligentes (IA) cuando tenemos que convivir en ese mundo?.

Cifra no es buena persona, es un traidor, pero su decisión en el caso de un Zion también virtual es quizás la más inteligente. Toma su decisión para vivir en un mundo con una reglas mejores para él.


La última película, Matrix IV, ha roto un poco este planteamiento. No hay respeto por la decisión humana por parte del Analista, al menos con los protagonistas. Las reglas del tiempo, de la apariencia y de la muerte han cambiado a su antojo. La decisión humana, la rebelión contra el sistema, no es importante. Lo importante es que funcione la ficción en nuestras cabezas gracias a la emoción. Parece que nada tiene sentido, al menos dentro de Matrix. El ser humano vive en un videojuego. La trascendencia de la vida humana en Matrix es mucho peor, como dice Neo. Sólo que se permite la convivencia con la vida artificial.

En Matrix Resurrections lo importante es la ficción humana dentro de la cabeza, que se valida gracias a la emoción. La decisión, la causalidad o la rebelión ha dejado de importar.

Esto quizás sea debido a una cuarta entrega “obligada” a la directora por parte de la Warner Bross, que hace que conceptualmente Matrix empiece a perder coherencia. O también puede interpretarse justo al revés, como una reflexión de Wachowsky sobre un entorno virtual más cercano al videojuego, superficial y sin sentido, como crítica a la forma actual de ver nuestra vida, rodeada de distracciones absurdas que impiden un sentido más trascendente.

Donde Cifra sería un hedonista inteligente cuya traición no tiene importancia moral. Lo importante es comerse el apetitoso filete.

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